Despertar de primavera predica contra los convencionalismos que desnaturalizan ese amor que lo convierte en algo nefasto y hasta criminal, que lo transforma en sufrimiento y desgracia; contra el concepto tradicional y estúpido del amor, que influye de manera lamentable en la conducta de los adolescentes, a quienes se les oculta la naturaleza del amor y su sexualidad, que caen víctimas de la hipocresía social y de una educación autoritaria.
Es un canto al amor terrenal, al instinto humano, al deseo todopoderoso como fuente incomparable de emoción y de vida, al amor tal como es, sin velos artificiosos, sin mentiras místicas ni religiosas.